jueves, 23 de octubre de 2008

Hacienda Santa Teresa



El Ron Santa Teresa es una bebida destilada y añejada por veteranos. Sólo la tradición artesanal entiende su delicada textura, su aroma de frutas y su sabor seco. La fabricación del mismo es una artesanía nacional, un ritual y un orgullo nacional. Ha logrado la proeza de cumplir cientos de años y ha sido catado por sommeliers extranjeros que no pueden creer sus particulares propiedades. Su linaje data del 1700, tiempo que no ha pasado en vano, ya que hoy en día esta ronería (la más antigua) lo fabrica como algo artesanal e industrial, que cuenta con complejas líneas de producción y cientos de catadores y analistas.
La marca Santa Teresa 1796 -catalogada entre los cinco mejores rones del mundo por la revista Best Life-se ha convertido en una referencia muy vigente gracias a su fuerte publicidad y comercialización en Europa. Para ello ha contado con la Fiesta del Ron en Madrid y otros espectáculos similares en Bruselas, donde se ha generado un impacto visual y la promoción del Ron Santa Teresa. Estos eventos incluyen actuaciones de calle, sets de animación en locales nocturnos, bailarines que danzan tocando exóticos instrumentos musicales y que luego ofrecieron degustaciones de los productos Santa Teresa.
A consecuencia de su refinado cuerpo y sabor, y su exótica publicidad es consumido actualmente en países como España, gran parte de la región latinoamericana, Estados Unidos, Italia, Francia, Bélgica, Portugal, Inglaterra, Japón y otros mercados alternativos que lo reciben como una bebida para la degustación.
La mítica hacienda de Santa Teresa
Entre Tejerías y La Victoria, del Estado Aragua se encuentra la población de El Consejo, donde se construyó en 1796 una de las haciendas más antiguas de Venezuela, la Hacienda Santa Teresa, en la cual se destilaba y se añejaba ron.
Rodeada de una inmensa claridad, y cientos de chaguaramos plantados hace más de 200 años, en los primeros años de la hacienda, hoy en día recibe a turistas venezolanos y extranjeros que reconocen allí la historia del linaje de una familia, de un negocio hacendado y de un sabor único.
Su fundador, el acaudalado caraqueño Martín Tovar y Blanco, que recibió el título de Conde de Tovar por parte del Rey Carlos III de España, obsequió una parte de las tierras a su hija Teresa.
Esta hacienda se dedicó al cultivo de la caña de azúcar, y debido a lo cual en 1810 se inició en la fabricación de este particular aguardiente: oscuro, con una espesura ideal.
Durante la guerra de la independencia la hacienda estuvo en vilo, sumida en una larga pausa de actividades, mientras la familia Tovar se sumó a la pausa de los acontecimientos. Debido al descenso en sus actividades, la hacienda pasó a manos de una acaudalada familia: los Vollmer Boulton, quienes mejoraron su agroindustria y el proceso de destilación de la caña de azúcar.
En 1893 se construyó la estación de El Consejo del Gran Ferrocarril de Venezuela, siendo la primera parada en la ruta de Caracas a Valencia. Unos años después la empresa Ron Santa Teresa restauró y reacondicionó la estación, lo cual logró un mayor número de visitas, las cuales eran guiadas a través de los alrededores de la hacienda y más especialmente por las bodegas y los laboratorios de elaboración del ron.
En Venezuela, en la propia Hacienda Santa Teresa, se celebra desde el 2004, en el mes de octubre, la Feria del Ron, la cual recibe a miles visitantes que disfrutan el recorrido en tren por el interior de la hacienda, para conocer el interior de la casa Tovar, las barricadas de ron y las bodegas de destilación.La feria cuenta con bares dispuestos a lo largo y ancho de El Consejo, y diversas agrupaciones musicales animaron el fin de semana.


No hay comentarios: